
Título original: Succession
País: EEUU
Año: 2018
2 Temporadas. 20 Episodios
Plataforma: HBO
Creada y dirigida por Jesse Amstrong y varios directores.
Escrita por Jesse Amstrong y otros guionistas.
SUCCESSION
¿Nos encontramos ante el Dallas del siglo XXI? ¿Es esta la serie más shakesperiana de la historia después de Deadwood? ¿Se trata de un cruce entre Juego de Tronos y Veep, como han dicho algunos medios?
Todo es un poco verdad, pero realmente se queda corto para describir una de las grandes series que nos han llegado en los últimos años y que ha conseguido seducir a la industria con cascadas de premios.
Y debo reconocer que estuve a punto de dejarla. Su mala leche, sus personajes mega-ricos, caprichosos, egoístas, de insoportable arrogancia y mezquindad, cuestan ser masticados y un poco más empezar a ser disfrutables. Pero si pasas del capítulo dos posiblemente ya no quieras parar. Y debes saber que la segunda temporada supera ampliamente a la primera, que ya era magnífica.
Para situarnos, seguimos los pasos de una gran familia americana (de ese 1% que posee el mundo), propietaria de un holding de comunicación gigantesco, en la que no se salva nadie. No es fácil simpatizar con ninguno de sus miembros, que se apuñalan sin cesar en directo, por la espalda, con tácticas o sin ellas, por ganar poder e influencia en el negocio del Rey Lear: el pater familias, un sobradísimo y genial Brian Cox en pleno estado de gracia. Pero el casting de los cuatro hijos, sobrinos y adosados a este cuarteto inmortal es sin duda lo mejor de la serie.
Sus afilados diálogos, sus intrigas a varias bandas inagotables, su soberbia ante el resto del mundo, está descrita tan afinadamente que no puedes parar de reír, aunque a veces te den ganas de matarlos. Y es ese el triunfo de la serie, conseguir que te vayas encariñando de esta pandilla de descerebrados a los que al mismo tiempo no puedes dejar de despreciar, merced a las conversaciones imposibles, sus insultos de alta cuna y su decadencia asimétrica pero llena de sicopatías de todos los nombres.
Un entretenimiento de lujo, no sólo por el entorno millonario que retrata, la corrupción de los medios de comunicación, la sátira de la plutocracia y otros temas que aborda sin tabúes. También por su impecable puesta en escena, su dirección y las vueltas inacabables que te regala un guión superlativo.
Los Roy como síntoma de un mundo en caída libre y nosotros disfrutando de ver cómo se despedazan. Sin duda el placer culpable de la temporada.