Sala Rocksound Barcelona
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Adiós a la sala Rocksound en la Llacuna del Poblenou

Con su cierre se pierde un poco más la esencia de este barrio único en Europa.

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Time to say goodbye: la sala Rocksound de Almogàvers 116 ha cerrado para siempre.

Con ella se pierde, como los propios músicos dicen,  “una de las salas más imprescindibles de Barcelona, sin la cual nuestra escena sería imposible”.

El Coronavirus ha teñido de negro la escena de la música en directo del 2020. Aunque diversos tipos de negocios de hostelería han podido reabrir con medidas de seguridad, las salas de cultura y ocio nocturnas han sido especialmente castigadas sin apenas posibilidad de apertura.

Y qué duda cabe de que, dentro del sector, los que más han sufrido las consecuencias, como en todo lo demás, han sido los más pequeños: las salas de conciertos con menos recursos y capacidad de resistencia. Esas que llevan toda su vida luchando con presupuestos ajustados y altas dosis de idealismo para mantener la vida musical alternativa de la ciudad.

En este sentido, la sala Rocksound no ha sido una excepción. Aunque una iniciativa solidaria lanzada el pasado mayo por músicos y bandas locales poniendo la venta de su merchandising, discos, descargas, etc. al rescate del local parecía llegar a buen puerto, con lo que no contábamos era con que no sería el covid quien le diera la puñalada final a esta valiente sala que, tras 12 años de vida,  ha cerrado definitivamente sus puertas el pasado 4 de Octubre.

¿El motivo? Tan solo se están haciendo realidad los planes de los nuevos desarrollos urbanísticos del distrito 22@. Un virus que sí ha sido devastador y mortal para el club. Y para su entorno.

Una de las fotos de despedida a la sala colgadas por los fans en su muro de Instagram. Foto: Instagram Rocksound

En muchas guías internacionales se habla de Poblenou como del Manchester catalán, por su geografía marcada por naves industriales de un pasado no muy lejano. Pero en el plano musical no faltan las similitudes con otras pocas ciudades del mundo (contadas con los dedos de la mano), como con el Austin de Texas.  

Allí, cuando la ciudad descansa del ajetreo del día, la gente joven (y no tan joven) emprende la ruta de los bares y clubs de la urbe. Alejados de rascacielos y zonas business (que también marcan el skyline actual de la ciudad),  puedes encontrar aún esos increíbles garajes y garitos con o sin backyard en los que no molestas a nadie y nadie te molesta a ti mientras disfrutas de los acordes de alguna de tus bandas favoritas.

La Llacuna del Poblenou conserva un ambiente muy similar de convivencia entre infinidad de estilos y grupos, alimentado por una improvisación urbanística y la inspiradora imperfección del entorno. Un encanto de un barrio casi único en Europa, que da prosperidad a la escena de la música popular,  y a un sinfín de iniciativas e ideas creadas entre sus muros.

El adiós de Rocksound no ha sido obra del coronavirus, sino de la puesta en marcha de los planes urbanísticos del 22@

Con el cierre de Rocksound, Barcelona no pierde solamente un pequeño club que daba la bienvenida a infinidad de bandas internacionales y brindaba refugio y casa a muchos grupos domésticos. Lo que se ha cerrado,  como los propios músicos dicen, es “una de las salas más imprescindibles de Barcelona y sin la cual nuestra escena sería imposible….”

Como si hubiera pasado un huracán. Así han quedado en los últimos meses manzanas y manzanas enteras de la Llacuna del Poblenou por el ávido paso de las excavadoras que han transformado en suelo raso  todo lo que antes se levantaba allí, y que continúan trabajando sin parar.

Barcelona pierde a marchas forzadas toda la esencia de un barrio único en el mundo.

LA ULTIMA Y NOS VAMOS

Gracias a Rocksound por sus 12 años de lucha por la cultura musical, con nuestro deseo de que quizás en un futuro encuentren otro espacio donde poder realizar sus sueños.
Puedes seguirles a ellos y enterarte de las actividades solidarias que se preparan (como un libro conmemorativo) en:
instagram.com/rocksoundbcn