Carlos Quintana (Clorofila): «Somos los nuevos del barrio pero tenemos ganas, ideas frescas y muy buen rollo»

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Tras hacer el rodaje en distintos locales de Gracia y Poblenou, decidió dar el salto y crear su propio bar restaurante “enrollado”, un espacio pequeño, honesto y lleno de energía positiva que muy pronto ha conseguido conectar con mucha gente que buscaba un lugar así. De esta forma nació el Clorofila.

Este barcelonés de 28 años lleva ya tiempo aprendiendo el oficio en bares con tanto caliu como El Santet, el Sol de Nit o Casa Vall (Gracia), este último con más de 100 años de historia a sus espaldas. Locales en los que dice haberse iniciado en una profesión que “siempre te devuelve lo que le das”. Bares de batalla en los que se ha granjeado grandes amistades y su pasión por la hostelería.

“En Clorofila somos jóvenes y acabamos de empezar, somos los nuevos del barrio pero tenemos ganas, ideas frescas y muy buen rollo. Nuestra idea es aportar algo que falta: espacios enrollados. Barcelona es una de las ciudades con más bares por habitante de España y, aún así, muchos de ellos dejan mucho que desear en todos los aspectos. Tener un bar se ha convertido en una manera de asegurarte un salario, el topicazo del ciudadano español: abrirse un bar que tenga su nombre. Hartos de ver la decadencia de los bares del barrio, quisimos crear un proyecto nuevo, y la idea es seguir creciendo en ese aspecto, y poder seguir creando espacios en esa línea”.

Mi vinculación con el barrio

Aterrizamos en la Villa Olímpica en el año 2004, cuando el barrio tenía pocos años de historia. Veníamos de Gavá, aunque siempre hemos vivido en Barcelona.

Lo que más me gusta de él

Sin lugar a dudas, lo mejor del barrio es la proximidad al mar, la sensación de libertad, de espacio.. Grandes avenidas, mucho verde, ningún desnivel, en fin, un barrio envidiable.

Lo que menos me gusta

Creo coincidir con la mayoría de vecinos: lo que menos nos gusta del barrio es la decadencia de los locales de ocio próximos al puerto, un turismo low cost de desenfreno. Eso ocasiona muchos males, como, por ejemplo, el exceso de alquiler turístico, modelos de negocio encarado solo al turista, robos, peleas y un largo etcetéra.

Carlos Quintana y Pablo Bretón han traído aire fresco a la Villa Olímpica.

Lo que más echo de menos 

No hace tanto que estoy aquí, así que todavía no echo de menos nada.

Mi bar, chiringuito o café favorito

Un lugar al que solía ir cuando disfrutaba de más tiempo libre es La base by Farre, un bar restaurante a pie de playa en el que el concepto está más encarado a la gente local, sin hinchar demasiado los precios, aún estando delante del mar. Un sitio en el que disfrutar de la calma del litoral en los meses de menos trasiego.

Un placer especial

Los paseos por la playa.

Un personaje admirado o querido

Jorge, un marino con espíritu joven que vive en su barco en El Puerto Olímpico, una bellísima persona.

Mi forma de desplazarme por la ciudad y el barrio

En moto.

El turismo low cost, de desenfreno, ocasiona muchos males, como, por ejemplo, el exceso de alquiler turístico, modelos de negocio encarado solo al turista, robos, peleas y un largo etcetéra.

Qué pienso que traerá de bueno esta crisis

Si algo hemos aprendido y creo teníamos olvidado es aquello de que las cosas pueden cambiar de un día para otro, nada es sólido.

Qué pienso que traerá de malo

Pobreza, paro, desempleo…

Qué le pediría al Ayuntamiento para el barrio

Basar los modelos de negocio encarados al turismo en modelos sostenibles y sensatos. El turismo es enriquecedor, pero el exceso y la avaricia del sector turístico han creado una ciudad donde el vecino se ve absorbido por la vorágine y el ritmo frenético de una cuidad que literalmente no descansa nunca.

Y para terminar, un lugar mágico

La playa de la Marbella a las 9h de la mañana.

La playa de la Marbella al amanecer. Foto: Made in Poblenou.